“Huerta, individuo de conocimientos facultativos, poseía un notorio y bien hecho trato militar. A lo uno y a lo otro, unía su audacia inescrupulosa y su deseo ardiente de conseguir poder y fama. El general Díaz, quien poseía un catalogo preciso sobre los hombres y funcionarios públicos, pero principalmente de los generales, había tenido siempre de imaginaria al general Huerta, por lo cuál dentro de este bullía la idea de vengarse de su condición de postergado; ahora que tal estado de animo, lo llevaba con cierto aire de resignación. Además en torno del general Huerta existían muchas rivalidades y temores. Los compañeros de armas sabían de cierto, cuales eran sus ambiciones y preocupaciones. Esto no obstante le reconocían como el jefe militar de más aptitudes en el ramo; pues a su carácter emprendedor asociaba despejado talento, así como la teoría y práctica de las artes militares. La hoja de servicios de Huerta, si no le anotaba victorias en los campos de batalla, si le señalaba como instructor competente, como soldado de disciplinas y como jefe de imaginación, iniciativa y osadía.”pp448
“Nombrado, pues, jefe de la División del Norte y recibidas las órdenes y recursos para salir a combatir las huestes de Orozco, Huerta mandó la organización de dos brigadas. Una a las ordenes del general Fernando Trucy Aubert y la segunda bajo la jefatura del general Antonio Rábago. Estableció su cuartel militar en Torreón, Coahuila y al darse cuenta de lo mermado que se encontraba el ejercito por las deserciones de más de seis mil soldados, dispuso que se levantara una leva en Zacatecas, Durango y Guanajuato. Huerta se tomó su tiempo para analizar el contrincante, las condiciones de la lucha, y una vez que tuvo todos los hombres, armas, municiones y suministros necesarios, consigo, ordenó el avance de una columna hacia Conejos a lo largo de la vía férrea del Central.”
“Nombrado, pues, jefe de la División del Norte y recibidas las órdenes y recursos para salir a combatir las huestes de Orozco, Huerta mandó la organización de dos brigadas. Una a las ordenes del general Fernando Trucy Aubert y la segunda bajo la jefatura del general Antonio Rábago. Estableció su cuartel militar en Torreón, Coahuila y al darse cuenta de lo mermado que se encontraba el ejercito por las deserciones de más de seis mil soldados, dispuso que se levantara una leva en Zacatecas, Durango y Guanajuato. Huerta se tomó su tiempo para analizar el contrincante, las condiciones de la lucha, y una vez que tuvo todos los hombres, armas, municiones y suministros necesarios, consigo, ordenó el avance de una columna hacia Conejos a lo largo de la vía férrea del Central.”
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