Sunday, December 2, 2007

Ecos de la personalidad de Huerta


En efecto su alcoholismo es legendario, algo consustancial a su personalidad. También aseguran que vivía a la sombra de Bernardo Reyes, Porfirio Díaz y Francisco I. Madero, que aún cuando eran sus jefes abrigaba hacia ellos fuertes resentimientos porque no le hacían caso. Le peso mucho que no le dieran su lugar, en cambio, el presidente Benito Juárez si lo supo distinguir cuando era apenas un niño indígena de origen huichol. No es peregrino imaginar que ese estimulo alentara en él el delirio de grandeza.”

“En la querella con la Casa Blanca, la razón estuvo del lado de Huerta. Y el pueblo que palpaba la insolencia de Wilson, no podía disgustarse por que aquel hombre de bronce se atreviera a recoger del suelo el guante que se le arrojaba.”




“Era que el general Huerta, como todos los mortales, tenía su lado bueno y este consistía en ser mexicano por los cuatro costados. Soñaba en que México podía liberarse del influjo norteamericano, Huerta decía: “En 1810 nuestra patria se sacudió la dominación española; en la lucha de 1857 hasta 1867 se obtuvo la emancipación de la conciencia y se le puso un hasta aquí a toda posible tutela de Europa; en nuestro tiempo, el problema consiste en no permitir que los Estados Unidos traten de conducir nuestros destinos” ese fue su pensamiento, ese fue el origen de su popularidad, de su derrota, de su destierro, de su prisión y de su muerte.”



“A parte de que a ningún mexicano le puede repugnar esa doctrina. Huerta tenía perfiles masculinos y una fortaleza de las que siempre dejan huella profunda en las masas humanas. Su cuerpo era superior a la fatiga, sus músculos nunca se contrajeron por el dolor, sus nervios estaban domados por completo, sus ojos jamás derramaron lagrimas”

“Muy pocos hombres he conocido en este mundo que beban tanto como el general Huerta; pero en honor a la verdad, nunca lo vi borracho. El general Huerta jamás daba señales de que se le subiera el alcohol. Al igual que el formidable general Sostenes Rocha, no ocultaba su gusto por el coñac, y pronto adquirió fama de bebedor. Esta apreciación se la gano desde que era coronel, mucho antes de sus campañas militares de Quintana Roo, Guerrero, Morelos y Chihuahua. Al general Huerta le tenía sin cuidado lo que la gente dijera en relación con su gusto por las copas, y cuando fue Presidente no altero sus costumbres anteriores.”




“El general adoraba a los alemanes. Le atraía lo prusiano. Madero y el son locos muy comparables: ambos son a fin de cuentas republicanos, locos patriotas. Huerta quería vender el petróleo a los alemanes y con la ayuda de ellos militarizar el país. Su idea consistía en imponer a los gringos una barrera infranqueable, soñaba con un gran ejercito, llevar a la realidad la plegaria del canto patrio “un soldado en cada hijo te dio.”
















1 comment:

Eva en la Luna said...

"Francisco I. Madero, que aun cuando eran sus jefes abrigaba hacia ellos fuertes resentimientos porque no le hacían caso"... ¿cómo podía decir eso cuando el presidente lo nombró jefe del Ejército. Bien decía José María Pino Suárez a su esposa, María, de Huerta: "ese hombre nos va a traicionar". Ni él ni Gustavo Madero confiaban en él y el tiempo les dio la razón. EPonce, bisnieta del vicepresidente.